CONSTRUYENDO AFECTOS
INSTITUTO MIGUEL
SÁNCHEZ HINESTROZA
SÍ MISMO
EL ARTE DE CONSTRUIRSE
Ningún reto es más grande que construir la mejor versión de sí mismo. Al respecto, diferentes autores desde la filosofía, la psicología, la antropología y un sin fin de ciencias y disciplinas han pretendido dar luces a cerca de cómo hacerlo.
Desde las Cognición, por ejemplo, no sería posible reducir la emoción a un proceso biológico netamente, máxime hoy en día en donde nuevamente se ha retomado el camino de preguntar sobre aquella experiencia de lo que sentimos.
De ahí, que hoy podamos decir con mayor énfasis que incluso hasta para sentir lo que sentimos ponemos en juego el pensamiento, es decir, no sería posible pensar la emoción sólo como un proceso en el cual reacciona nuestro cuerpo ante estímulos específicos, sino que la conexión al interior de nuestro cuerpo está equipada para que además de generar un proceso cognitivo de diferentes niveles, se presenten conductas (reacciones), y que el tener una mente, también nos equipara con la posibilidad de darnos cuenta de que estamos experimentando "algo" muy particular cuando tenemos al lado a una persona en especial, o debemos responder ante un examen, o incluso cuando ocurre algo al interior de nuestra familia.
Todo aquello que acontece al interior de sí, requiere de una mayor importancia de la que hemos pensado y creído, por supuesto, sería maravilloso que fuera mucho más sencillo, sobretodo si deseamos sentirnos satisfechos con nuestra vida misma, pero a veces a esta dimensión de sí mismo, se deben añadir otros ingredientes, por decirlo de algún modo, por lo cual se convierte en un aspecto aparentemente inmanejable para quien lo experimenta.
Sin embargo a pesar de lo complejo que pueda ser, es posible modular la expresión de las emociones, y con ello no sólo adaptarnos a diferentes contextos sino además, mejorar nuestras relaciones con cualquier persona que nos rodea.
Por eso, para hacer con más facilidad una mejor versión de tí mismo, anímate a solicitar el apoyo de Orientación con el fin de mejorar aquellos aspectos que no te permiten sentirse a gusto contigo.
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EMPODERARSE
Este término ha sido usado ante grupos vulnerables o con un enfoque de género (femenino). Sin embargo, en el sí mismo, hace referencia a la capacidad que tienen las personas, para lograr una transformación con la cual deje de ser objeto de otros y consiga ser el protagonista de su propia historia (implica reconocerse y por tanto reconocer a otros).
RECONOCIMIENTO
Según Ricoeur, el camino del reconocimiento implica una identificación de lo que somos, el reconocimiento de sí como capaz de obrar y ser responsable, hasta el reconocimiento mutuo en la reciprocidad de relaciones con los otros. Por lo cual, parte de construirse así mismo, implica ver el límite de mí cuando logro ver qué hace parte realmente de mí y de los otros que me rodean. Por ello, es en los espacios en que interactúo que logro identificar lo que realmente soy.
RETO 1: EMPODERARSE
"SOY YO"
IMPLICA: RECONOCERSE
Identificar que somos diferentes, nos invita a no pretender alienarnos con quienes nos rodean. Es decir, a aceptar que a partir de la diferencia es que precisamente podemos identificar quién somos y aquello que concordamos o no con quienes nos rodean.
CUERPO, MENTE Y ESPÍRITU
El cuerpo es utilizado por el Espíritu para poder experimentar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, con lo cual podemos aprender y evolucionar en nuestro propósito de vida. Cada Espíritu es único e individual, poseedor de un código genético espiritual junto a su código genético biológico, lo que permite asegurar que no hay dos personas en la tierra con éstos dos ADN juntos (por decirlo de alguna manera), y aun así, todos estamos conectados, por ello, lo que uno hace o deja de hacer siempre afectará a otros.
Somos nosotros, los que rediseñamos nuestras vidas y elegimos nuestras lecciones, y solo cuando nos responsabilizamos de nuestro plan de vida escogido aceptando que todo lo que nos ocurre son nuestras propias decisiones, es cuando podemos hacer cambios profundos en la consciencia del alma; en cambio, si mantenemos la responsabilidad de lo que nos sucede en Dios, políticos, parejas, padres, hermanos, hijos, vecinos, amigos, culpándoles de nuestras enfermedades, accidentes, desgracias y toda clase de eventos traumáticos, nos estancamos, pues no aprendemos de las lecciones, retrasando nuestro crecimiento espiritual.