EDUCACIÓN INCLUSIVA
Teniendo en cuenta las insuficiencias del sistema de educación actual para hacer de la educación, un proceso inclusivo en donde la diversidad funcional deje de ser una limitante para el proceso de enseñanza – aprendizaje, es indispensable plantear una estrategia que facilite los procesos de inclusión educativa desde la mirada de las Necesidades Educativas Especiales, pensado más desde cualquier tipo de necesidad y no sólo las enmarcadas en una barrera de aprendizaje, un trastorno clínico certificado por un especialista, que se reducen desde la política educativa Nacional a: Discapacidad sensorial, Discapacidad física, Discapacidad Intelectual, Discapacidad Múltiple, Discapacidad psicosocial mental, o un talento excepcional y doble excepcionalidad, sino de todas aquellas adecuaciones que se requieren hacer para lograr del escenario educativo, un espacio en el que prima la educación inclusiva, en la cual la diferencia con el otro, es la mejor oportunidad para aprender juntos.
Pensar en Educación inclusiva, es garantizar que las necesidades básicas de aprendizaje de todos, niños, niñas, jóvenes y personas de edad adulta se satisfagan del proceso enseñanza – aprendizaje, máxime cuando desde la Declaración Mundial sobre Educación para todos (sf) plantea la persistencia de las siguientes realidades:
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Más de 100 millones de niños y de niñas, de los cuales 60 por lo menos son niñas, no tienen acceso a la enseñanza primaria
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Más de 960 millones de adultos –dos tercios de ellos mujeres- son analfabetos y, el analfabetismo funcional es un problema importante en todos los países, tanto industrializados como en desarrollo.
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Más de la tercera parte de los adultos del mundo carecen de acceso al conocimiento impreso y a las nuevas capacidades y tecnología que podrían mejorar la calidad de su vida y ayudarles a dar forma y adaptarse a los cambios sociales y culturales.
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Más de 100 millones de niños e innumerables adultos no consiguen completar el ciclo de educación básica; y hay millones que, aun complementándolo, no logran adquirir conocimientos y capacidades esenciales (Unesco, 1990, pág. 6).
Además, en dicha declaración, se plantea que cada persona, niño, joven o adulto debe estar en condiciones de aprovechar las oportunidades educativas ofrecidas para la satisfacción de sus necesidades básicas de aprendizaje. Estas incluyen tanto la lectura, la escritura, la expresión oral, el cálculo y la resolución de problemas, como los contenidos básicos del aprendizaje con el fin de desarrollar con plenitud sus capacidades, vivir y trabajar en condiciones dignas (1990).
Teniendo en cuenta lo anterior, plantear una estrategia para la educación inclusiva, es permitirse construir un vehículo para universalizar el acceso a la educación, fomentar la equidad, la participación y generar una cultura incluyente, a partir de la cual es posible construir una sociedad que propende por el bien común antes que el particular y en donde, pensar en la diferencia como una oportunidad, es pensar en construir una educación más humana y social (Ley 1618, 2013; Unesco, 1990).
Referencias Bibliográficas
Booth, T., y Ainscow. M. (2000). Index for inclusión. Developing leaning and participation in schools Manchester: CSIE
Echeita, G. (2008). Inclusión y Exclusión, Voz y Quebrando. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 6 (2). Recuperado de http://www.rinace.net/arts/vol6num2/art1.pdf
Gonzales, M. (2008). Diversidad e Inclusión Educativa: Algunas Reflexiones sobre el Liderazgo en el Centro Escolar. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 6 (2). Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2556512
UNESCO.(1994). Necesidades Educativas Especiales. Acceso y Calidad. Madrid:UNESCO/ Ministerio de Educación y Ciencia.